Universidades en Australia, carreras universitarias en Australia

Australia cuenta con un sistema altamente desarrollado de educación superior, incluyendo algunas universidades que son casi tan antiguas como la civilización europea en este continente. Las universidades más importantes en ciudades como Sídney y Melbourne se establecieron a mediados del siglo XIX y continúan siendo las instituciones con más prestigio del país.
 
Como sucede con la mayoría de sus políticas educativas y otros asuntos de gobierno, la educación terciaria en Australia está regulada por los gobiernos estatales en vez del gobierno federal. Aún cuando en cierto sentido esto significa que Australia cuenta con diversos sistemas de educación superior en vez de solamente uno, en la práctica las diferencias son muy pequeñas. La principal fuente de diversidad en el sistema australiano es producto de que las regulaciones, aún cuando estrictas relacionadas con el control de calidad, permiten una considerable libertad a las instituciones particulares. Los detalles del desarrollo del plan de estudio y la pedagogía se dejan por completo o casi por completo en manos de los profesores y administradores escolares, permitiendo a las instituciones de educación superior tener la libertad de desarrollarse como lo consideren adecuado y así responder a las cambiantes necesidades de los estudiantes y la economía.
 
Una importante controversia se está gestando en la comunidad de educación superior en Australia sobre si procede o no que las universidades australianas emprendan reformas para cumplir con los estándares que actualmente se están desarrollando en las universidades más importantes del Europa. En Europa, bajo el auspicio del Espacio Europeo de Educación Superior, (EEES), se están aplicando importantes reformas para garantizar que los grados obtenidos en un país puedan ser  reconocidos y evaluados en otro. La estandarización de cursos, planes de estudio, requerimientos de grado y los mecanismos para garantizar la calidad tienen como propósito el unificar las escuelas en Europa en un único súper sistema predominante de manera que puedan comunicarse y coordinarse entre ellas de forma más efectiva.
 
Muchos en Australia consideran que su país pudiera beneficiarse al adoptar los estándares similares que ha implementado el EEES, a pesar del hecho de que Australia no es elegible para ser miembro de esta organización (después de todo Australia se encuentra aproximadamente a casi 13,000 kilómetros de Europa). Los partidarios de estas medidas argumentan que el incremento en la globalización y la interconexión de las economías del siglo 21 exigen el desarrollo de sistemas educativos que produzcan egresados calificados para competir en un mercado laboral global. Los opositores, por otro lado, argumentan con buena razón, que Australia ya cuenta con un sistema educativo extremadamente efectivo que está considerado como uno de los mejores en el mundo y que no hay necesidad de implementar grandes reformas que están enfocadas simplemente a imitar a los europeos.
 
Sin importar la dirección que los líderes educativos en Australia decidan seguir, la prosperidad del país y la extrema estabilidad política brindan la base para un gran éxito en el futuro. No es probable que una de las sociedades mejor educadas en el planeta abandone sus perfeccionados controles de calidad y sus instituciones altamente reconocidas independientemente de las circunstancias económicas o históricas. Es sumamente probable que las universidades australianas ayuden a que el país goce de otro siglo de prosperidad y paz.