Estudiar carreras de Educación Musical

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Cuando se habla de Educación Musical, no sólo se hace en referencia a la formación pedagógica en torno a la Música -como especialidad de enseñanza académica, dentro de sistemas formales de pedagogía-. También se alude a la Educación Musical como parte de procesos informales y formales de estudios, que se inician desde muy temprana edad, condicionando y educando la percepción auditiva y la sensibilidad musical del oyente, instándolo, inspirativamente, a involucrarse en su comprensión, interpretación (vocal o intrumental), creación, composición o en su transmisión -a través de diversos procesos de educación.

La Música es una manifestación de las Artes que inspira a los seres humanos a expresarse en todos los ámbitos de su vida y en todas las dimensiones del ser persona. Mientras algunos estudiosos argumentan que la Música es una vibración acústica que el oído puede transformar en estados, ya sea de alegría, éxtasis, relajamiento, paz o euforia, para otros es una fuente de creación, de sanación e inspiración espiritual -o simplemente de entretención- que abarca todos los aspectos de la vida humana, a partir del nacimiento.

Independientemente de los conceptos aplicados a este Arte, lo cierto es que la Música trasciende las definiciones y escapa al funcionalismo material que se le pretende atribuir; más allá del estilo y evocación, es una manifestación artística que embellece la vida, porque es una fuente de inspiración y evocación que acompaña permanentemente a los seres vivos –nada más baste percibir la Música del cosmos y de la naturaleza, que no precisa ni de estilos ni de orquestación artificial.

Por todo, no es de relevancia la determinación que defina la Música, por cuanto todas las personas y los grupos humanos poseen su propia percepción, gustos y preferencias, que en sí la definen. Hemos de comprenderla, por cierto, como una forma de lenguaje universal y a la vez, intimista y personal, que a veces, incluso, puede influir profundamente en nuestras vidas.

En un sentido muy amplio, se distingue la raza humana de la animal, debido a que las personas pueden crear patrones musicales más complejos, especialmente con la ayuda de la electricidad y con la aplicación de una infinita variedad de avances tecnológicos. Otra distinción fundamental está dada por el hecho que la creación musical trasunta una cosmovisión de mundo, individual y colectiva, que en sí preserva las características de una época, un momento histórico y su impronta de creencias, ideas, sentimientos, costumbres y pensamientos peculiares.

Sabido es que las diferentes generaciones han dado lugar a muchos estilos y modalidades diferentes de Música, hasta el punto de constituirse en un referente de la edad, etapas de vida y antecedentes sociales de un ser humano, debido al potencial de referencia emocional, evocador y cultural que posee.

A pesar de no ser considerada, actualmente, en su verdadera magnitud y de estar postergada de las preferencias vocacionales y académicas de mayor proyección, son muchos los jóvenes estudiantes y personas de todas las edades, en general, que manifiestan una profunda necesidad de estudiar y perfeccionar la Música, en cualquiera de sus innumerables formas y modalidades de aprendizaje.

Existen, así mismo, quienes prefieren y optan por el estudio de un curso de pregrado, seguido por el estudio de programas de postgrado de Música, debido a que, de esta forma, van adecuando sus actividades en conjunción con el estudio de una carrera que no se acaba de perfeccionar con un solo curso, ni con varios. Los postgrados de Música incluyen Maestría de Música y Doctorado en Artes Musicales. Los estudiantes que se preparan de esta forma son aquéllos que desean imprimirle a sus estudios una orientación hacia la producción musical, ejecución con bandas o artistas solistas, composición y creación musical y ejecución personal, en diferentes escenarios de todo el mundo.